Descripción
El abrazo
El abrazo habla de ti y de mí, habla de nosotros, habla de amor. Hace un año la vida nos golpeó fuerte, sin avisar, de repente, No nos dio la oportunidad de prepararnos para organizarnos ni para pensar en cómo íbamos a gestionar lo que venía; una inmensa ola de agua marrón que arrasó con nuestros hogares, nuestros coches, nuestras cafeterías, nuestros rincones, nuestras calles, nuestros negocios, nuestros colegios, nuestro pueblo. Y a nosotros, nos habían enseñado a vivir con control, habíamos aprendido a tenerlo todo planificado, a vivir en la certidumbre, a encontrar la paz en nuestra vida si, meticulosamente, la sabíamos dividir en franjas horarias, en rutinas y en actividades dirigidas bajo la batuta de un reloj que no descansa.
Nos costó mucho reaccionar, el mundo se paró, perdimos el control, nuestra vida ya no se media por tiempo. De repente, la incertidumbre nos gobernó y tuvimos que aprender muy rápido y por instinto a sobrevivir cada día, a afrontar lo que sucedía en ese mismo momento. Aprendimos a levantarnos, a ayudar sin mirar a quién, a desarrollar la empatía, esa que antes no teníamos, y a avanzar sin prisa, sin saber hacia dónde pero hacia delante. Con el paso de los días, entendimos algo más, algo que ya sabíamos, pero siempre habíamos descuidado.
Comprendimos que todo lo que creíamos que nos definía y nos pertenecía se había esfumado en minutos. Vimos, ante nuestros ojos y por primera vez, que todo aquello a lo que tanto apego le teníamos, se había ido de la noche a la mañana y solo ahí supimos que, en realidad, no importaba nada en absoluto haber perdido todo lo que nos había costado conseguir con dinero. Porque esa ola vino a recordarnos que quizá la vida nos estaba hablando de eso, de seguir hacia delante, de mirar adentro, de desapegarnos de lo material, de abrazar el amor, el propio y el de todas esas personas que nos salvaron y nos salvan en los peores momentos y las que nos acompañan también en los mejores.
Este año hemos aprendido que lo único que se queda y lo que realmente importa son las personas, aquellas que nos quieren y a quienes queremos, aquellas que sin esperarlo aparecen y no piden nada a cambio, aquellas que nos llenan de alegrías, de momentos especiales, las que nos sonríen y nos regalan tiempo.
Este año hemos aprendido que nos quedamos con el abrazo, que nos quedamos con el amor.